Especialistas analizan los 100 primeros días de Humala
Han pasado 100 días desde que Ollanta Humala asumió la Presidencia de la República y diversos sociólogos, politólogos y periodistas realizaron un análisis respecto a las promesas cumplidas y a los objetivos logrados por este nuevo gobierno.
"El gobierno ha dado un tono de tolerancia, de calma, de negociación. No ha habido ningún intento de ruptura, de declaraciones fanfarronescas ni actos terribles. Entonces, hay una especie de calma en todos los aspectos, se han tomado algunas buenas decisiones; otras, no han sido tan acertadas. Pero en general, no es una gestión terrible ni terriblemente mala. Y para el Perú, eso es extraordinariamente positivo".
Respecto a la corrupción, Cotler agrega: "La corrupción va a existir siempre, acá y en todas partes. El problema no es que haya corrupción, el problema es que haya impunidad. Y en el caso de Omar Chehade, si los poderes del Estado se han encargado súbitamente de tomar las medidas necesarias, entonces está bien. Si se le acusa por presunción de tráfico de influencias, entonces el Congreso tendrá que dilucidar y el Poder Judicial tendrá que actuar. Para eso estamos en una república. Tenemos poderes; entonces que se encarguen ellos. Que se encarguen, que sentencien y que se castigue. Lo terrible es cuando se sabe que hay corrupción y los culpables quedan impunes, como ha sucedido en casos anteriores".
"El gobierno del presidente Ollanta Humala sufrió un drástico cambio de escenario, pasando de la relativa comodidad del día 85, a la complicación creciente con la que cumplirá, mañana, el día 100. Primero, está el escándalo del aún vicepresidente Omar Chehade, cuya presentación de ayer ante la Comisión de Ética del Congreso refuerza la sensación de que los hechos ocurridos alrededor de Las Brujas de Cachiche conforman un caso –frustrado– de tráfico de influencias para favorecer al Grupo Wong. Este escándalo le salpica al presidente Humala. (...) En síntesis, a diferencia del día 85, el presidente Humala no llega en buen pie al día 100. Y si no enfrenta con rapidez problemas como los señalados, las cosas se le podrían complicar mucho más en el futuro cercano".
"Por el lado bueno, en mi opinión, se optó por un gabinete balanceado, con técnicos ortodoxos en los sectores económicos para calmar a empresarios e inversionistas, y también con ministros que garantizan que las promesas sociales se tomarán en serio. Este primer gabinete trae gestos para los humalistas duros, los menos entusiastas, y quienes no votaron por él. Otro aspecto positivo es que el gobierno ha intentado cumplir de inmediato con algunas promesas de campaña. En pocos días el gobierno negoció con las empresas mineras un aumento considerable de contribuciones al fisco (...) El lado negativo, o preocupante, está en varios nombramientos de ex militares del entorno de Humala en el gobierno. Se ha nombrado a militares en retiro en diversos cargos, incluyendo los despachos de Defensa e Interior, antes manejados por civiles. Ello incrementa las dudas sobre el estilo del gobierno en el futuro y sobre la capacidad de conducir reformas en estos sectores. En resumen, en su mayoría buenas medidas iniciales, pero es muy pronto para eliminar la incertidumbre.
"En democracia, guste o no, la política importa. Aunque parezca demagógico, los gestos políticos (ir a Bagua, sesión legislativa en Ica) importan. Y aunque parezca irracional, ineficiente, o populista, aplicar algunas políticas que responden a las demandas de la gente importa. Desde esta perspectiva, los primeros 100 días del gobierno de Humala han sido exitosos. Como presidente, Humala ha hecho más o menos lo que nos dijo durante la campaña que haría. Aumentó el salario mínimo; impulsó con éxito la Ley de Consulta Previa; negoció un importante gravamen minero, inició los programas sociales Pensión 65, Beca 18, y Cuna Más, y amplió al programa Juntos. Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo con estas medidas. El punto no es ese. Lo importante es que estas políticas eran promesas centrales de la campaña. Humala está cumpliendo con su palabra. Y en términos democráticos, está muy bien. Hay otras promesas que serán más difíciles de cumplir, sobre todo, la lucha contra la corrupción y la seguridad. Pero en términos políticos, me parece que el gobierno empezó bien. Se ha preocupado mucho más que sus antecesores por las demandas del electorado, que no es poca cosa".
